Él lo aceptaba con filosofía. Después de todo, no se puede contentar a todo el mundo. Nuestro caballero era famoso por su armadura. Reflejaba unos rayos de luz tan brillantes que la gente del pueblo juraba haber visto el sol salir en el norte o ponerse en el este cuando el caballero partía a la batalla. Y partía a la batalla con bastante frecuencia. Ante la mera mención de una cruzada, el caballero se ponía la armadura entusiasmado, montaba su caballo y cabalgaba en cualquier dirección. Su entusiasmo era tal que a veces partía en varias direcciones a la vez, lo cual no es nada fácil.
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4 comentarios:
eres una artista!!!
jajjjaj gracias
jajjjaj gracias
Esta foto no puede ser más simple, y sin embargo lo complicado que sería para mi conseguirla. Mas que complicado.. imposible!!
Enhorabuena
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